No todas las relaciones sociales en la vida son perfectas. Saber diferenciar entre aquellas positivas y negativas es fundamental para seguir adelante. Espero que estas lineas te ayuden.
¿Y si hubiese una termómetro de bondad y otro de maldad?. Y ¿si pudiésemos detectar el egoísmo en el momento que comienza a estar presente?. ¿Y si pudiésemos servirnos de estas mediciones para tomar buenas decisiones con respecto a las personas que nos rodean y elegir siempre a las buenas personas?.
Sin embargo, como esto no es posible, tenemos que quedarnos siempre con la felicidad y las enseñanzas que nos aportan las buenas personas, y las lecciones que nos aportan aquellas que en algún momento se han comportado de malas maneras.
Porque si hay algo que está claro, es que nadie es malo o bueno en su totalidad, sino que todos a veces nos equivocamos al elegir cómo comportarnos o qué sentimiento priorizamos en nuestras relaciones.
Sea como fuere, cada acontecimiento y cada persona que se cruza en nuestra vida tendrá la oportunidad de brindarnos la enseñanza que necesitábamos aunque no nos dé lo que esperábamos
A los que nos hacen crecer: sonrisas
Las buenas personas son aquellas que huelen a nobleza, a humildad y a miradas sinceras. Son esas personas que nos recomponen con sus sonrisas. No abundan, pero con su lindo corazón lo inundan todo.
A las buenas personas debemos ofrecerles reciprocidad, atención y cariño, porque gracias a sus guiños llenamos nuestra vida y nuestro día a día de franqueza y empatía, pilares indispensables para ser felices o sentirnos bien.
“Hay gente, algunas personas, muy pocas, que al sonreír se les llena la cara de una ausencia de malicia que no es de adulto. De una expresión de bondad que desarma.
A la gente que le pasa eso, que cuando sonríe te lleva al traspié, al bienestar y al apego inmediato, les regalas el alma porque pueden contigo”
A los que nos generan malestar: despedidas
Están también aquellas personas que han teñido las relaciones que mantuvimos con ellas de egoísmo y, en ocasiones, de maldades (intereses, ofensas, críticas, decepciones, etc). Estas son las personas que nos enseñan la importancia de ir por la vida dejando huella y no cicatrices.
Sea como sea, las malas experiencias son una realidad con la que tenemos que intentar convivir y de la que tenemos que procurar extraer lecciones de vida que nos ayuden a recorrer nuestro trayecto.
De nada vale retorcernos de dolor, rumiar sin cesar sobre lo que podríamos haber vaticinado pero no vimos o no quisimos creer. Por eso, cuando una situación que deriva de una relación o de un intercambio negativo nos genera malestar, en vez de dramatizar es mejor que lo tomemos como aprendizaje.
En este sentido debemos explorar un poco la idea de que afrontar lo bueno que viene suele ser una tarea fácil. Sin embargo, aceptar lo que se va o tenemos que hacer marchar es realmente complicado.
Cada situación, cada persona y, por lo tanto, cada sentimiento están repletos de intensos matices que conducen nuestro aprendizaje a uno u otro ritmo, haciendo valer aquellas enseñanzas que depuran nuestra madurez emocional.
El hecho de que a lo largo de nuestra vida nos encontremos con relaciones positivas y negativas hace que el hecho en sí de construir unas u otras amistades sea cada vez más significativo, maduro y reflexivo.
Así, gracias a este mismo hecho, cada vez nos va importando más la calidad que la cantidad de amigos y personas que tenemos a nuestro lado, pues nos vincularemos a aquellos que nos resultan más afines respecto a nuestras experiencias vitales.
La bondad y la reciprocidad tienen como base el respeto a los demás y la construcción de la propia amabilidad. Este es el trasfondo de las miradas sinceras, artífices de estos sentimientos que nacen del corazón y que nos ayudan a formar un equipo de primera división ante la vida.
No nos olvidemos de considerar precisamente lo que comentábamos al principio, que no somos blancos o negros, sino que estamos hechos de diferentes tonalidades. Si bien hay gente que no siempre se comporta bien, será porque en ese momento o en otro anterior no ha tomado una buena decisión.
Como se suele decir todas las relaciones fallidas duelen, pero perder algo que en realidad no nos hacía bien es una ganancia, no una pérdida. Por eso siempre debemos valorar aquello que nos aporta enseñanzas y reciprocidad; o sea, aquello que suma y que no resta.
Si te ha gustado y resuenas en esta entrada del Blog, te leo en los comentarios, Gracias, gracias, gracias.
Perdón en el comentario que he enviado antes no he mencionado que me ha gustado mucho y como lo ha expuesto Jesús.
Desde mi reflexión y ahondando en las relaciones vinculares es normal encontrarse con dificultades y espejos. Los vínculos enriquecen el carácter, el alma y el espíritu.
En la mayoría de las ocasiones es más nuestro propio castigo que el “daño que nos pueda hacer el otro”
Si siento que me han hecho daño, lo correcto sería preguntarme ¿cuánto me respeto?
Sé que no es fácil hacerse esa pregunta, pues ante el dolor se tiende a refugiarse en el victimismo.
Excelente reflexión.
Totalmente de acuerdo
Dos puntos que me han marcado:
Ver esas relaciones “malas” como la importancia de ir por la vida dejando huella y no cicatrices.
Las buenas personas son aquellas que huelen a nobleza, a humildad y a miradas sinceras.
Encontrar lo positivo en una situación negativa y más aún cuando afecta personalmente/directamente ya te da el patrón de persona que está haciéndose mejor persona desde posiblemente uno de sus puntos bajos abrazando su ego en este caso para darle luz. Vamos aprendiendo en el camino con amor y respeto por los procesos personales y las lecciones que como bien dices nos ponen en este camino llamado vida. Gracias por aportar tanto y tan bonito.
La Vida se basa en eso, Relaciones, y sobretodo en Respeto (piedra de toque)
Algunas crees que serán auténticas, valiosas, fructíferas… inviertes, tiempo, alegría, … y de pronto , se terminan, con todo el dolor de un «Aborto espontaneo» sin comprender, sientes que has fallado, que t has creido esa relación, tratas de perdonarte, la ingenuidad., y como bien dices, Suerte que termine, si ibamos a sufrir, y a seguir caminando
Muchas otras afortunadamente perduran en el tiempo, se van consolidando, y sientes que el camino, cada vez es más alegre, más auténtico y más beneficioso para todos.
Me encanta lo de la sonrisa sin maldad!!
Muy buena observación. La cara es el reflejo del alma y hay personas que su sencillez y bondad relucen en su mirada o en su sonrisa. Gracias por poner tu granito para hacer de este mundo algo grande.
De acuerdo en sacar experiencias positivas y enriquecedoras de las personas que se cruzan en tu vida. Muy buen aporte y enfoque de la vida. Todo suma y mejora la sociedad que construimos juntos.
Gracias Jesús por tu reflexión. Somos espíritus viviendo una experiencia humana, venimos a experimentar la dualidad. Donde hay luz hay sombra, y donde hay sombra hay luz
Justo lo que necesitaba leer, en el momento más indicado de mi vida! maravillosas palabras, un reseteo total para dejar ir y aprender de lo que hace daño y valorar lo bonito de esta vida, gracias, gracias y gracias a tiii siempre!
Esta genial
Me gusta y me resuena mucho.Gracias